El pie diabético es una complicación de la diabetes que cursa con la aparición de úlceras en el pie. La diabetes, con el tiempo, puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios, por lo que las heridas y ampollas -incluso las más pequeñas- pueden derivar en úlceras. La principal complicación del pie diabético, a largo plazo, es una posible amputación. La clave para que esto no ocurra es la prevención.

Por un lado, tenemos que cuidar aspectos generales como un buen control metabólico, una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Por otro, la utilización de un calzado adecuado.

En la mayoría de los casos, las úlceras son causadas por las presiones continuas en cada paso. El uso del calzado mal ajustado o inapropiado es el responsable de hasta el 40% de las lesiones del pie diabético.

Este tipo de patología requiere un zapato amplio, alto en la puntera y con un empeine automoldeable o termoformable.

Así mismo, una excelente ayuda para el pie diabético es el uso de calcetines específicos, fabricados sin costuras, con un porcentaje elevado de algodón y algunas fibras que ayudan a la cicatrización si hubiera herida.

Su uso se puede extender también a personas que sufren de pies sensibles o delicados, o  que no desean presión en la pantorrilla.