Nuestros pies tienen 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos y cerca de 100 tendones. Son una parte fundamental de nuestro organismo y el sustento de nuestro cuerpo. Sin embargo, en muchas ocasiones, olvidamos totalmente cuidarlos.
Para mantener la salud de nuestros pies son imprescindibles una serie de cuidados básicos: una correcta higiene e hidratación, así como la elección del calzado más adecuado, acorde a nuestra anatomía y a los posibles problemas que podamos sufrir, como los juanetes, dedos martillo…
A menudo recibimos clientes en nuestra ortopedia con diferentes patologías en los pies y que desconocen la existencia de calzado adecuado para sus problemas.
Nuestros zapatos están confeccionados con materiales muy elásticos (lycras, neopreno, Lytech…), que no ofrecen resistencia en zonas como los dedos, juanetes, etc. Además, están fabricados en anchos especiales (14, 16, 18), que respetan nuestra anatomía y proporcionan el confort necesario.
Es muy importante también la altura de la puntera, que en nuestro calzado es especialmente alta para que no sufran los pies con dedos martillo o en garra, o con callosidades.
Y no podemos olvidarnos del piso sobre el que descansan nuestros pies. Debe ser ligero, para que el zapato no pese demasiado; ligeramente acolchado y grueso, para aislarnos en la medida de lo posible del suelo. Ésta última es una característica a tener muy en cuenta en personas que padecen metatarsalgia, neuroma de Morton u otras patologías del antepie.